Pedro Salinas Serrano, nace en Madrid el 27 de noviembre del 1891. Estudió derecho y filosofía y letras, su vida estuvo dedicada a la docencia universitaria, donde se doctoro en letras y donde adquirió un gran amor por la obra de Marcel Proust, tradujo los 3 primeros volúmenes de “À la recherche du temps perdu”. En 1915 se casó con Margarita Bonmatí a la que le escribía cada día una carta de amor, de ahí la obra de su hija Soledad Salinas “ Cartas de amor a Margarita“, un magnifico epislotario de su vida a la distancia con las personas más queridas, una especie de diario de sus vivencias, sentimientos e inquietudes. También tuvo un hijo Jaime Salinas escritor y editor. Pedro Salinas es considerado uno de los poetas más importantes del siglo XX español, perteneciente a la generación del 27 se le calificó como poeta del amor. Entre 1914 y 1917 fue lector de español en la Sorbona y entre 1922y 123 en Cambridge. En 1918 gana la Cátedra de Literatura de la Universidad de Sevilla, donde permaneció ocho años. En 1926, de vuelta en Madrid, colabora con el Centro de Estudios Históricos. En 1932 fundó la revista “Índice Literario”, cuya finalidad era informar a los hispanistas de las novedades literarias españolas. Fue secretario de la Universidad Internacional de Santander, inaugurada en 1933. En 1936 marcha a América como profesor visitante al Wellesley College, en Puerto Rico y en la John Hopkins University de Baltimore. Ya no volverá a España, pero este período será fecundo en conferencias, trabajos y libros. Recorre múltiples universidades americanas; imparte clases en Baltimore y en la Universidad de Puerto Rico entre los años 1943-1946. Murió en Boston en 1951 y está enterrado en San Juan de Puerto Rico.
Wellesley, 11 de diciembre 1936
A Margarita Bonmatí
(...) Leyendo estos días los periódicos, viendo las fotos de las casas hundidas en Madrid por el bombardeo se me rompe algo dentro. Me dices que abandone la idea de volver a España, y eso tan natural, tan lógico, me suena a sorpresa. En mis clases hablo de España, de su tierra de Castilla, de Andalucía, y no puedo darme cuenta de si existe todo eso, aún, o no. Además, Marg, tú no sabes lo que es enseñar el español, así tan lejos de España, en estos momentos. El idioma es al fin y al cabo, la esencia de un país, en mi memoria ¿No crees tú que en el idioma se conservan y guardan, como en una memoria, las esencias de un país? A veces explicando en clase un autor, salta a mi vista una palabra de esas cargadas de enorme significación espiritual española, y me estremezco. Hoy, para mí, el idioma es la mejor memoria de mi país, y como lo estudio y lo explico resulta que sin querer, sin desear acordarme, lo estoy recordando a todas horas. Se me ha ocurrido últimamente (ya te explicaré otro día lo que es) escribir un librito para ganar algún dinero, un objeto práctico: pero luego al pensar en ello, he visto que yo mismo me engañaba, y que el fin del libro era recordar España. Tú quizá no comprendas lo horrible que es para mí hacerme la idea de no oír estas palabras españolas dichas por cualquiera, en la calle, en el campo, ya más. Siempre, después de vivir en el extranjero me ha emocionado al volver a España, el oír mi lengua, el encontrarla otra vez, hablada por el que sea, por el vendedor de periódicos, por el ser más humilde. (Recuerdo, ahora, de pronto, la maravillosa charla de Isabel, la criada de Sevilla). ¿Es posible, Marg, que no vuelva a España nunca? Mira, te diré en confianza, casi en secreto, que ahora que se me presenta ocasión de pasar otro año aquí, siento como una gana íntima de irme a Europa, mejor dicho a España. Sé que es un disparate, sí, pero cuando pienso en ciertas cosas de allí, en ciertos lugares y luces, en los jardines del Alcázar de nuestro octubre del 35, en el Escorial, me dan ganas de rendirme. ¡Y es tan tremenda la perspectiva del lanzamiento de una nueva vida profesional, aquí! Aún no nos damos cuenta de lo que hemos perdido. Cuando se haga la paz (?) veré que no tengo ni carrera, ni puesto, ni dinero, ni nombre, que me falta todo eso que he ganado en 40 años de vida y se ha vuelto humo. Pero que me falta, y eso es lo peor, ese algo impalpable, del aire, de la luz, del modo de hablar, de los paisajes y los cielos, que se llama España. Y nuestra casa... ¡Pero más vale no hablar de eso! Tendré ánimo, no temas Marg por nosotros.
No me fío de la rosa
de papel,
¡tantas veces que la hice
yo con mis manos!
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti, que nunca te hice,
de ti, que nunca te hicieron,
de ti me fio, redondo
seguro azar.
(de LA VOZ A TI DEBIDA)
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelvo ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
"Yo te quiero, soy yo.”
El CONTEMPLADO
De mirarte tanto y tanto,
del horizonte a la arena,
despacio,
del caracol al celaje,
brillo a brillo, pasmo a pasmo,
te he dado nombre: los ojos
te lo encontraron, mirándote.
Por las noches,
soñando que te miraba,
al abrigo de los párpados
maduró, sin yo saberlo,
este nombre tan redondo
que hoy me descendió a los labios.
Y lo dicen asombrados
de la tarde que lo dicen.
¡Si era fatal el llamártelo!
¡Si antes de la voz, ya estaba
en el silencio tan claro!
¡Si tú has sido para mí,
desde el día
que mis ojos te estrenaron,
el Contemplado, el constante
Contemplado!
EL POEMA
" Y ahora, aquí está frente a mí.
CUANTO RATO TE HE MIRADO
¡Cuánto rato te he mirado sin mirarte a ti,
LA VOZ A TI DEBIDA Versos 1385 a 1406
La forma de querer tú
LA VOZ A TI DEBIDA Versos 1449 a 1470
Perdóname por ir así
Y que a mi amor entonces,
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Rosana