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lunes, 12 de julio de 2010

Poemas Julia de Burgos




Nace en Carolina (Puerto Rico), el 14 de febrero del 1914. Aunque nació en el seno de una familia humilde, pudo cursar los estudios secundarios, ya que fue la única de sus trece hermanos, así que fue afortunada. A la edad de 19 años se graduó en la Universidad de Puerto Rico, se convirtió en maestra, pero su pasión por la literatura le llevó a escribir poesías. Entre la gente que tuvo influencia sobre ella se encuentran Lluis Llorens Torres, Clara Lair, Rafael Alberti y Pablo Neruda. La mayoría de sus poemas iban dedicados a su gran amor el dominicano Juan Isidro Jiménez Grullón su fuente de inspiración, se casó con él en Nueva York. En 1939 su amor se acaba, él vuelve a Cuba y ella se va a Nueva York, donde comienza a decaer su amor por la poesía, aunque poseía muchos admiradores cayó en una terrible depresión que le llevó a refugiarse en el alcohol. El 6 de julio del 1953 muere a los 39 años. Publicó 3 libros el último fue póstumo ya que salio en 1954. Considerada una de las poetisas más grandes de Puerto Rico y Latinoamérica. En su poesía se refleja su problemática vital en todos sus aspectos: el feminismo, una vida ajetreada y el amor bajo sus múltiples vertientes, a veces con una sencillez atractiva, pero lo más común bajo la nota de un amor altamente sensual, erótico y desgarrador.










Despierta de caricias,
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecida y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!
De mi se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo fui la Vida, amado!
La vida que pasaba por el canto del ave
y la arteria del árbol.
Otras notas más suaves pude haber descorrido,
pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:
me agarré a la hora loca,
y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.
Me solté a la pureza de un amor sin ropajes
que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,
y hube de verme toda en un grito de lágrimas,
¡en recuerdo de pájaros!
Yo no supe guardarme de invencibles corrientes¡
Yo fui la Vida, amado!
La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo
para darse a mis brazos.




YO FUI LA MAS CALLADA


Yo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.
No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,
ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;
mi ruta era la música salvaje de los pájaros
que soltaba a los aires mi bondad en revuelo.
No me cargaron buques pesados de opulencia,
ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;
encima de los buques mi rostro aparecía
silbando en la redonda sencillez de los vientos.
No pesé la armonía de ambiciones triviales
que prometía tu mano colmada de destellos:
sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil
el trágico abandono que ocultaba tu gesto.
Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.
Te parecías al mar, resonante y discreto.
Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.
Sobre mi tú seguiste como el sol en los pétalos.
Y caminé en la brisa de tu dolor caído
con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:
tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes
en inmenso río blanco corriendo hacia el desierto.



¡Qué caricia larga de acción me sube por las venas
anchas de recorrerme!
Me veo inmóvil de carne esperando la lucha
entre el hombre y mi alma,
y me siento invencible,
porque mi ahora es fuerte columna de avanzada
en la aurora que apunta,
es grito de corazón vacío en la nave del mundo,
es esfuerzo de ola tendido en playa firme
para arrasar calumnias de las conciencias rotas.
Entre el hombre y mi almase ha cruzado la espada...
(La mente es una intérprete que traduce la fuerza
en ideas que avanzan.)
De mi lado se bate la conciencia del hombre
en un sol de principios sobre el soy de las almas.
En la mano del hombre se defiende la hueca
escultura de normas sobre el tiempo moldeada.
Ha sonado la lucha...Y me siento intocada...
Estoy sobre los siglos con fiereza de olas...
¡Nadie palpe la sombra que mi impulso ahuyentara!



NO HAY ABANDONO


Se ha muerto la tiniebla en mis pupilas,
desde que hallé tu corazón
en la ventana de mi rostro enfermo.
¡Oh pájaro de amor,que trinas hondo,
como un clarín total y solitario
en la voz de mi pecho!No hay abandono...
ni habrá miedo jamás en mi sonrisa.
¡Oh pájaro de amor,
que vas nadando cielo en mi tristeza...
!Más allá de tus ojos
mis crepúsculos sueñan bañarse en tus luces...
¿Es azul el misterio?
Asomada en mi misma contemplo mi rescate,
que me vuelve a la vida en tu destello...



Todo estático,menos la sangre mía,
y la voz mía,y el recuerdo volando.
Todo el lecho es un cántico de fuego
echando a andar las ondas del reclamo.
La misma pared siente
que ha bajado a llamarte entre mis labios.
¡Qué grandioso el silencio de mis dedos
cuando toman el verso de los astros,
que se cuelan en rápidas guirnaldas
para esculpirte en luces por mis brazos!
Va gritando tu nombre entre mis ojos,
el mismo mar inquieto y constelado.
Las olas más infantes te pronuncian,
al girar por mis párpados mojados.
Todo es ágil ternura por mi lecho,
entre cielos y ecos conturbados.
Con tu sendero vivo en mi flor íntima,
he movido lo estático....




POEMA DE LA INTIMA AGONIA


Este corazón mío,
tan abierto y tan simple,
es ya casi una fuente debajo de mi llanto.
Es un dolor sentado más allá de la muerte.
Un dolor esperando... esperando... esperando...
Todas las horas pasan con la muerte en los hombros.
Yo sola sigo quieta con mi sombra en los brazos.
No me cesa en los ojos de golpear el crepúsculo,
ni me tumba la vida como un árbol cansado.
Este corazón mío, que ni él mismo se oye,
que ni él mismo se siente de tan mudo y tan largo.
¡Cuántas veces lo he visto por las sendas inútiles
recogiendo espejismos, como un lago estrellado!
Es un dolor sentado más allá de la muerte,
dolor hecho de espigas y sueños desbandados.
Creyéndome gaviota, verme partido el vuelo,
dándome a las estrellas, encontrarme en los charcos.
¡Yo que siempre creí desnudarme la angustia
con solo echar mi alma a girar con los astros!
¡Oh mi dolor, sentado más allá de la muerte!
¡Este corazón mío, tan abierto y tan largo!



Si mi amor es así, como un torrente,
como un río crecido en plena tempestad,
como un lirio prendiendo raíces en el viento,
como una lluvia íntima,sin nubes y sin mar...
Si mi amor es de agua,
¿por qué a rumbos inmóviles lo pretenden atar?
Si mi amor rompe suelos,
disuelve la distancia como la claridad,
ataja mariposas al igual que luceros,
y cabalga horizontes como cruza un rosal...
Si el universo es átomo siguiéndome las alas,
¿por qué medirme el trino cuando rompe a cantar?
Si mi amor ya no es mío,
es yo misma borrando las riberas del mar,
yo inevitablemente y fatalmente mía,
germinándome el alma en mis albas de paz...
Si mi amor ya no roza fronteras con mi espíritu,
¡qué canción sin su vida puede ser en mi faz?
¡Si mi amor ya no es mío!
Es tonada de espumas en los labios del mar...




AMOR


Amor...única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.
Aquí,desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.
Entrecortando pasa el sendero de luz
que esperancé de sueño.
¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,
volando en el espacio!
¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,
cuando despierta el cuerpo!
¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!
¡Multiplican en ecos!
Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,
¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!
Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...
Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.
Mis espigas no quieren germinar al futuro.
¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.




TE QUIERO


Te quiero...
y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.
Te quiero
en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.
Te quiero
en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes,
tu voz y mi canción.
Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.
Te quiero(grito de noche blanca...)
en el insomnio reflexivo
de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.
Te quiero...Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde soy yerba y trino.



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Rosana

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